2 mayo 2021
Una pequeña y rápida actualización sobre Villa Lolita.
Este último mes ha sido emocionalmente difícil para mí, así que decidí tomarme un tiempo fuera (time out) al lago de Atitlán. Primero tengo que cuidarme a mí misma si quiero cuidar a los demás. Sin embargo, le hice un seguimiento de mi amigo y vecino.
Le concreté una reunión con mi jardinero Pedro para que llegara a su casa. Pedro, mi fiel jardinero llegó y habló con él pero no llegaron a un acuerdo de precios. Entonces mi amigo todavía está solo sin alguien que lo ayude en su casa.
Además de eso, hablamos por teléfono un par de veces. Me dijo que realizó un par de conciertos de piano a través de whatsapp. También me dijo que estaba practicando nuevas piezas para piano.
Después de regresar a la ciudad, fui a visitarlo brevemente. Fue una visita corta porque todavía no me encontraba muy bien. ¡Llegué a su casa y me sorprendió ver a su cachorro mucho más grande de lo que lo vi por última vez! Me senté en la sala principal y él básicamente me tocó las nuevas piezas para piano que había estado practicando. Me tranquilizó mucho su forma de tocar. Realmente me dio mucha paz estar sentada allí escuchándolo tocar.
Estoy agradecida por ese momento. Estaba completamente presente. Supongo que ese es el poder de la música. Tiene la capacidad de transportarte al pasado, presente y futuro al mismo tiempo. Disfrutando el momento de forma vívida y plena. Le di gracias a Dios porque mi vecino resultó ser un pianista jajaja.
Sin embargo, regresé al lago. Me siento mejor aquí. Así que no lo veré en un tiempo. No obstante, seguiré enviándole mensajes de texto y llamándolo para saber cómo está.
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