Ha pasado tanto tiempo desde que escribí una entrada para Villa Lolita que no sé por dónde empezar.
Resumamos. Estuve fuera de la ciudad por 4 meses. Me fui de viaje a Florida, EEUU por razones médicas (no fue por la vacuna por cierto). En ese tiempo, me mantuve en contacto con Julio por whatsapp. Hicimos unas llamadas ocasionales para ponernos al día.
Me contó que había hecho unos conciertos de piano por whatsapp a sus amigos en Europa. También me contó que fue al oculista y que se desmayó caminando de regreso. El chico que lo acompañaba lo tuvo que arrastrar hasta llegar a su casa. ¡Qué horror!
Le conté que estaba en Miami y él muy preocupado me preguntó:
“Pero no está cerca de dónde se cayó ese edificio verdad?”
“Mire.. ¡por favor tenga cuidado con el huracán que va a entrar!”
En fin. Estuvo pendiente de mí durante mi viaje. Al regresar, por supuesto, fue de las primeras personas que decidí visitar.
Me ha tomado un tiempo abrir espacio para escribir todo lo que pasó en estos días con Julio, pero pronto los pondré al día de las aventuras que tuvimos.
En el próximo episodio de Villa Lolita: relámpagos, tríos amorosos y traiciones laborales…
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